jueves, 17 de mayo de 2007

Pasado de moda

“Fumate un Marlboro, bebete un martini, viaja con iberia a nueva York”. Había un estribillo ligeramente parecido en una canción del afamado cantautor Jose Luis Perales en la que se hacía una crítica mordaz del afán consumista de su tiempo. Ciertamente era un maldito revolucionario ya que oponerse al consumismo es intentar parar el motor de la economía moderna. ¿Se imaginan un mundo sin consumo?, la gente plantando tabaco en sus macetas para fumérselo en pipa, bebiendo el licor que ellos mismos han destilado en sus alambiques piratas o viajando a pie o bicicleta en vez de en coche con gasolina de 98 octanos. Sería el fin de la civilización tal y como la conocemos. No, no se puede uno oponer al consumismo pero sin embargo tampoco debemos bajar los brazos ante una de las principales herramientas que tiene el mercado para avivar el consumismo: la publicidad y las modas.

Al principio Adam Smith creó las empresas, después creó a los consumidores y el séptimo día descansó. Se sentó en el sofá y encendió la televisión. Vió lo que había creado y pensó: “ es bueno, aunque no sea de marca”. Si, efectivamente, necesitamos algo que nos diga lo que es bueno y si es de marca, mejor.

¿Qué seria de nosotros sin la publicidad? Estariamos huérfanos, desvalidos, sin norte. ¿qué comprar? ¿qué modelo de cepillo de dientes es bueno para mi dibujo de maxilar? ¿debo blanquear mi ropa o solo lavarla? ¿mi vecina no me desnuda en el ascensor sólo porque no uso la colonia adecuada? ¡como puedo ser tan imbécil! Sí, la publicidad puede alterar nuestra conducta, crear pautas de comportamiento para que la gente se entienda e incluso entretenernos por la noche entre trocitos de aburridas peliculas o de concursos casposos. Y la moda. ¡Ah, la moda! Ese si que es el motor de la economía porque si las cosas no pasaran de moda a nadie se le ocurriría comprarse otra cosa de lo mismo, cuando la anterior aun funciona y esta en perfecto uso.

El principio básico de la moda es muy sencillo: “cómprate esto que ahora está de moda, ahora se lleva”, ante lo cual la respuesta lógica es ¿cuánto tiempo se va a llevar?, ¿qué se va a llevar dentro de seis meses que es cuando quiero comprarme una de estas cosas? La respuesta del creador de moda sería: “lo que se va a llevar dentro de seis meses te lo diré en seis meses” “yo soy el que soy y el que será”. Esta última frase la podría decir después de un arrebato místico, conmovido por la grandeza de su creación.

No podemos aislarnos en una burbuja: vestir al estilo Mao, lavarnos los dientes con ascorbato cálcico y lavar la ropa a paletadas a orillas del rio. Estamos en una sociedad con unas reglas de comportamiento y las reglas están para cumplirlas. Seamos sociales: consumamos lo que nos indiquen amablemente en los anuncios y llevemos una cierta armonía en nuestras vestimentas, de manera que no desentonemos en las reuniones de nuestro circulo social. Los eremitas que vivian sobre un poste en el desierto se secaron hace tiempo. No sea usted rebelde hombre que no está de moda.

No hay comentarios: